Cuida las expectativas que proyectas en tus niños
Te pondremos un ejemplo: tu hijo llega muy contento porque
ha sacado un notable en matemáticas.
Tú, en lugar de compartir su alegría, le indicas que, a la próxima, esperas un sobresaliente.
No es lo adecuado: favorece que tus hijos aprecien
lo que hacen, que conozcan el valor del esfuerzo
pero sin necesidad de sentirse humillados si no consiguen algo.
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