Reducir, en la oscuridad, casi a la infinitésima parte del suspirar…
en tu mirá, es mi vida, que se me va en tu besar.
Tu piel, es una continuidad, de mis manos acariciar.
Y con el tiempo, y la calma, ¿quién no echa de menos la tempestad?
Parece, que uno, está hecho ya, a la alta mar, con sus olas,
y tal y cual… pero ella, ella es mi mar, mi barco y mi aire bajo mar…
mi balsa, en medio de tanta agua salá, mi trago de agua dulce,
entre tanta sal. Y levantar, despertar y buscarte…
qué diferencia al encontrarte y volver a dormir un poco más.
Porque es mi calma, en intentar… vivir la vida, y disfrutar…
FRANCISCO GALVEZ
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