EXCUSA DE EL VIENTO
Yo le entregué mi corazón al viento En una encrucijada del camino,
al viento de invisible movimiento que se va sin saber de dónde vino.
Así por el camino polvoriento, con el azar del viento en su destino,
Mi corazón fue el príncipe de un cuento, bajo un hosco sayal de peregrino.
Pero al ser como el viento, a veces lento y a veces con violento remolino
también se hace voluble el sentimiento.
Y si mi amor se va por donde vino,
en una encrucijada del camino, no es culpa de mi amor, sino del viento.
JOSE ANGEL BUESA
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