REFLEXIONES:
Cuando alguien que amamos muere,
dejan de vivir entre nosotros para vivir dentro de nosotros.
El
tema de la muerte nunca será fácil de digerir y no es para menos.
Durante años compartimos nuestra vida
con personas que nos llenan de
muchas alegrías,
momentos de felicidad, personas que nos
dan de
consejos, que nos ayudan a superar muchos
momentos difíciles y luego por
cosas de la vida
simplemente se van. Sin duda es algo muy lamentable
,
pero quizás el truco para sentir menos dolor es
comprender que cuando se
van, no lo hacen por completo
, pues una parte de ellos se queda dentro
de nosotros.
Los seres amados siempre vivirán dentro de nosotros
Todos
hemos perdido a un ser querido, y si quien no lo ha hecho, lo hará.
Y
no decimos esto por ser crueles, sino porque se trata de una ley
biológica,
nuestro cuerpo envejece, además no somos tan resistentes como
pensamos.
Tú por ejemplo puedes cortarte con una simple hoja de papel,
por lo que es
un hecho que los accidentes fatales al igual que las
enfermedades mortales existen y ocurren.
No podemos evitar la muerte
pero podemos prepararnos para ella. ¿Cómo?
Viviendo una vida sin muchos
excesos,
dando más de los que recibimos, siendo más compasivos
, y
aprendiendo cada día todo lo que podamos así como viviendo momentos
felices,
pues los momentos y lo que aprendemos es lo único que nos
llevaremos.
Pero volviendo al punto.
¿Qué pasa cuando un ser amado
muere?
Existen muchas teorías tanto científicas como esotéricas y
espirituales que ahora no vienen al caso.
Basta con decir, que cuando un
ser amado muere
inmediatamente lo que sucede es que nos derrumbamos.
No
podemos evitar sentir una enorme tristeza
y desolación al darnos cuenta
que aquella persona con
quien compartimos tantos momentos,
aquella
persona que tanto amamos o que tanto nos amó,
esa persona que tantos
consejos nos dio y
en tantos momentos nos ayudó, ya no la volveremos a
ver jamás.
Esa sensación es dolorosa incluso de solo recordarla.
Nos
cuesta aceptarlo,
y hay quienes pasan mucho tiempo antes de continuar
con su vida pues simplemente
no concibe vivir sin la presencia de esa
persona.
Pero si eres creyente de que existe algo más en este mundo,
si tienes la certeza de que somos más
que solo un cuerpo físico débil
que perece,
entonces podrás comprender sin temor a equivocarte,
que ese
ser amado en verdad no ha muerto.
Solo su cuerpo frágil es el que ha
quedado en desuso,
quizás por algún accidente que evitó que ese cuerpo
se restaurara,
o por una enfermedad que ese cuerpo no pudo soportar,
o
posiblemente por un asunto de envejecimiento.
El caso es que ese cuerpo
ya no era más un lugar idóneo para nosotros como alma y espíritu.
Es
importante comprender,
que es eso lo que en verdad somos, alma y
espíritu, pero necesitamos
un cuerpo para poder comunicarnos en este
mundo.
Cuando nuestro cuerpo muere quedamos en el aire,
siendo parte de
esa energía que seguirá por
un tiempo más en esta tierra hasta llegar a
su lugar inmortal.
Pero lo más importante, es que una parte de ese ser
al que amaste,
vivirá contigo y de hecho tendrá una relación más
personal contigo.
En ti quedarán los recuerdos,
algo que te ayudará a
mantener viva a esa persona que amaste,
pero también reposará una parte
de ese ser
pues esa alma jamás va a olvidarte y nunca va a dejarte.
Ahora bien, tu incredulidad pudiera jugarte
en contra y preguntarnos
¿Qué nos hace decir todo esto?
¿Qué pruebas tenemos?
La verdad, ninguna,
pero tenemos algo mejor: fe.
La creencia de que todo siempre estará
bien al final,
es la convicción de todo aquello que no logramos ver ni
entender
Así que ánimo y fe, porque ese ser amado estará siempre allí
para ti.