DIOS NO LO SABE
Dios no lo sabe, pero yo estoy triste
como los viejos pozos en la tarde;
triste como el portón de la herrería
que hace cien años que no ha abierto nadie.
y todo se me va con el otoño
pero Dios no lo sabe.
Dios no lo sabe, porque está allá arriba,
y yo acá abajo, triste a mi manera;
yo, que ya sé lo que no dice el viento
Yo sé el camino del que sigue andando
y ese lado del tiempo donde hay nieve
para el pequeño amor que llega tarde.
derechamente hacia ninguna parte,