LAS ZAPATILLAS ROSADAS
A mi hija, M.B., hoy, en su cumpleaños 25º
Reposa tu torso.
Tus brazos se alargan.
Tus manos se cruzan en torno a tus calzas.
Ligeras tus manos de tenue elegancia.
Es breve tu gesto mas sé que me miras.
No alejes tu mente, por esa sonrisa,
del fuego del arte que en tu alma germina.
Es blanca tu piel.
Es blanca tu falda, de suave plumaje de tules, armada.
Es rojo el rubor que tu rostro encarna.
Y cuando te paras ¡te ves tan hermosa...!
Tus piernas, delgadas, de luz, cadenciosas,
envueltas en mágicas medias rosadas.
¡Detén ese instante!
No salgas ansiosa buscando taquilla.
No busques aplausos de gente que mira.
Regálame, eterno, el gesto que encanta.
El gesto tan simple, el que en tí palpita
de cuando, a mi vista,
preparas la danza atando, tus manos,
esas rosas cintas de tus zapatillas
de baile rosadas.
Por Jove