La tolerancia viene del entendimiento de que cada persona
es como un actor que representa su papel propio e individual
y de comprender que yo tengo que representar mi propio pape
lo mejor que pueda...
La tolerancia nos capacita a aprender de cada situación,
incluso aunque parezca muy negativa,
ya que mediante la tolerancia aprendemos a
no reaccionar negativamente, permitiéndonos así ver
el beneficio que está escondido en esa pérdida.
Sin embargo, si nos excedemos de tolerancia,
entonces el resultado es que nos hacemos apáticos,
indiferentes, despreocupándonos de lo que sucede.
La razón por la que la tolerancia puede llegar a un extremo,
es decir, a la indiferencia, es debido a que no la hemos equilibrado
con la valentía (afrontar a los demás o las situaciones) y ser activo.
Muy a menudo es necesario que digamos nuestra opinión
acerca de algo que es erróneo pero por falta de autoconfianza,
un poco de inseguridad o por tener miedo a la reacción de los demás,
preferimos mantener silencio y no hacer o decir nada.