Al atardecer
Junto al mismo banco, al atardecer,
como en los días de mi juventud,
Sabéis bien cómo, al atardecer,
con un abejorro y una nube de vivos colores,
En el banco del asiento medio podrido,
en lo alto sobre el río encarnado,
Como entonces, en aquellos días lejanos,
sonríe y aparta el rostro,
Si a las almas de los muertos hace tiempo
les es a veces dado regresar.
-— Berlín, 1935