Hoy veo el mundo a través del lente de la gratitud y la practico cada vez que tenga oportunidad. Miro alrededor de mi casa y doy gracias por mi hogar de calidez, seguridad y amor. Recuerdo con gratitud la gente que me animó y apoyó y las muchas oportunidades que he tenido.
Además de darle las gracias a la gente que me ayudó, tomo un momento para apreciar sus esfuerzos plenamente. Al tomar tiempo para sentir gratitud, comienzo a experimentar un cambio de energía, y mi cuerpo responde. Me siento más ligero, y con nueva energía y esperanza. Decido iniciar cada día sintiéndome agradecido por lo que es, por lo que fue y por lo que traerá cada día. Ahora empiezo y termino cada día con una oración de gratitud.