Jesús nos enseñó que él era, y que todos somos, uno con Dios. Sigo las enseñanzas de Jesús y tengo fe en que yo soy sano, perfecto y pleno en Espíritu. Deseo vivir íntegramente, como Jesús lo demostró, de manera que tengo presente mi identidad divina. Reconozco la condición que estoy enfrentando, mas niego que tiene poder sobre mí.
Lleno mi conciencia de pensamientos de salud y desecho los de enfermedad. Cuido de mi corazón y mi mente. Acepto el amor y el apoyo que me dan quienes me aprecian. Nutro mi cuerpo con descanso y una buena alimentación. Cultivo mi mente con lecturas inspiradoras y buenas conversaciones. Sustento mi alma con prácticas devocionales y con mi conexión con Dios mediante la oración.