Si supieras cuánto extraño los versos de tu silencio, me enamorarías con la sonrisa de tu mirada.
Si supieras cuánto añoro la luz de tu estrella, me bajarías tu cielo para acunarme en tus sueños.
Si supieras cuánto ansío el latido de tu alma, me besarías cada golpe de melancolía.
Si supieras cuánto grito el poema que dibujan tus manos, me acariciarías el verbo de tu ausencia.
Si supieras cuánto amor esconden mis secretos, serías la eterna luz de mi revuelta morada.
Si supieras cuánto tiempo he bordado tu ausencia, te envolvería en turquesa y oro cada suspiro apasionado.
Si supieras que eres angustia en mi grito desesperado, serías la voz de mi locura desencadenada.
Si supieras que soy mendigo de tu clemencia, sería la reina de tu destino.
Y si supieras que soy quien dibuja los mares de tus deseos, sería la sirena de tus locos desvelos.