Todo ser humano tiene la capacidad de
interiorizar los valores universales,
aquellos que todos compartimos,
no sólo porque somos capaces de ello,
sino porque toman parte de nuestra naturaleza original,
de nuestra personalidad.
Sólo tenemos que aprender a despertarnos,
a creer en ellos porque nosotros mismos somos paz,
somos amor, somos seres libres.