Los duendes son unos seres
mágicos que han dado lugar a todo tipo de leyendas.
Además, y a diferencia de otros personajes mitológicos,
se habla de su existencia en todos los países del mundo,
con total indiferencia de que pueblos los
hubieran habitado antes o la mitología propia del lugar.
Aunque en Irlanda no hay muchas historias sobre los duendes,
porque tienen los suyos propios: los leprechauns, sí hay una leyenda un tanto peculiar.
La leyenda de San Patricio…
Una antigua historia relaciona a los duendes con San Patricio,
el patrón de todos los irlandeses. Según cuenta la leyenda,
tras haber fundado su primera iglesia, invitó a los paganos celtas a convertirse al cristianismo.
Después de haber realizado varios milagros,
la fe cristiana comenzó a asentarse y a ganar adeptos rápidamente en todo el país.
Esta actitud supuso un duro revés para los druidas,
que eran los sacerdotes de los dioses paganos,
que tuvieron que poner en marcha un plan,
ante el temor de que el cristianismo finalmente triunfase y relegase a sus deidades a un segundo plano.
Entonces, los druidas invocaron a una tropa de duendes y la enviaron a la iglesia de
San Patricio con la única intención de que
le hicieran la vida imposible al monje y a todos aquellos que habían
cambiado de fe y se estaban convirtiendo al cristianismo.
Lo que hicieron los pequeños seres mitológicos fueron pequeñas jugarretas a los feligreses,
que comenzaron a quejarse porque no los dejaban rezar y sufrían un sin fin de desmanes en el templo.
En ese momento el santo decidió hacerles frente, sabiendo que era obra de los druidas.
Una vez dentro del templo, los enfrentó con las siguientes palabras:
«En nombre de Dios Todopoderoso yo los expulso, espíritus impuros«
. Estas pocas palabras sirvieron para que desterrase a los duendes de la iglesia,
y con ellos consiguió que los druidas dejaran de molestar a los nuevos feligreses.
Es por eso que en Irlanda la imagen de San Patricio es muy utilizada
aún a día de hoy para realizar exorcismos de duendes y protección contra estos,
ya que se considera que los duendes no soportan
la imagen del hombre que los desterró de la casa de
Dios. Además, no es de extrañar que tampoco sean muy apreciados estos
pequeños seres mitológicos por la Isla Verde.
Aún así, se dice que el 17 de marzo, el día de la
fiesta nacional, todos los duendes y demás seres endiablados salen
de sus escondites para hacer de las suyas.
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