El tiempo me enseña que puedo ser lo que quiera, yo soy la única que escribe mi historia sin nadie que me dicte. La soledad me enseña que sola puedo ser yo misma y no hay nada de malo en escuchar mis pensamientos dándole voz. El dolor me enseña que hay heridas que aún deben sanar para empezar de nuevo. La vida me enseña que tiene fecha de caducidad y hay que disfrutarla Y con la lección aprendida empezamos un nuevo camino.