Desde los comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad,
esperanza y renacimiento.
El huevo adquirió importancia dentro de la mitología egipcia cuando el ave fénix
se quemó en su nido y volvió
a renacer más tarde a partir del huevo que lo había creado en un principio.
También los hindúes sostenían que el mundo había nacido de un huevo.
Los primeros cristianos consideraron
al huevo como un símbolo de la resurrección de Jesús.
En la Edad Media, cuando llegaba la Pascua los huevos,
que eran de gallina o de pato, se pintaban
de colores y se consideraban objetos muy preciados.
En esta época del año se realizaba el ?festín del huevo?
porque representaba el regocijo y la vuelta a la alegría.
Con el paso del tiempo, se mantuvo la costumbre
de celebrar la Pascua consumiendo y regalando huevos.