HORA TRAS HORA, DÍA TRAS DÍA
Hora tras hora, día tras día, Entre el cielo y la tierra que quedan Eternos vigías, Como torrente que se despeña Pasa la vida.
Devolvedle a la flor su perfume Después de marchita; De las ondas que besan la playa Y que una tras otra besándola expiran Recoged los rumores, las quejas, Y en planchas de bronce grabad su armonía.
Tiempos que fueron, llantos y risas, Negros tormentos, dulces mentiras, ¡Ay!, ¿en dónde su rastro dejaron, En dónde, alma mía?
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