Duende Azul
El duende azul tropezó
con el borde de la luna
y fue mala su fortuna
porque a la tierra cayó.
Y nadie prestó atención
caras largas, preocupadas
intención apresurada
se le estrujó el corazón.
Pues su mundo era feliz
permanente la sonrisa
el sonido de la risa
era bullicio y matiz.
No se lo quiso escuchar
sólo asunto de negocios
soñaba volver al ocio
a disfrutar de su hogar.
Ya se puso a construir
su vehículo espacial
un bello medio especial
y con él poderse ir.
Sin duda duro trajín
aplicó toda su ciencia
habilidad, inteligencia
su denuedo tuvo fin.
Y presto para partir
le golpearon la escotilla
fue credencial amarilla
la negativa a salir.
Eran tres los inspectores
permiso de conductor
la patente de rigor
apartarse de las flores.
Fue franja de clausurado
absoluta interdicción
postergada la ilusión
el corazón abrumado.
Exámenes que rendir
y boletas que pagar
y dinero que ganar
para así poder cumplir.
Por un circo contratado
volar una tontería
la bella le sonreía
y se supo enamorado.
Ella halagó su valor
ese azul celeste cielo
tan suave su bello pelo
sus manos y su calor.
Y pudo más el cariño
de la hermosa y sus caricias
y en las funciones delicia
el asombro de los niños.
del libro Sueños Vagabundos de Ningo