Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia,
no te maravilles de ello;
porque sobre alto vigila otro más alto, y uno más alto esta sobre ellos.
Dulce es el sueño del trabajador,
coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.
Donde abundan los sueños,
también abundan las vanidades y las muchas palabras; más tu, teme a Dios.
Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quién añade ciencia añade dolor.
He visto que todo trabajo y toda excelencia de obras
despierta la envidia del hombre contra su prójimo también esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y necio que no admite consejos.
El corazón de los sabios esta en la casa del luto:
más el corazón de las insensatos esta en la casa en que hay alegría
No seas demasiado justo ni seas sabio con exceso; ¿ porque habrá de destruirte.
Porque aquel a quién Dios teme, saldrá bien librado en todo.
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.
Alégrate joven en tu juventud y toma placer tu corazón en los días de adolescencia;
y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos;
pero sabe que sobre todas cosas te juzgara Dios.
En fin de todo el discurso oído es este;
teme a Dios y guarda sus mandamientos;
porque esto es el todo del hombre porque Dios traerá toda obra a juicio.
Juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
Todo es vanidad y aflicción de espíritu bajo el sol.
En el día del bien goza; y en el día de la adversidad considera.
Dios hizo tanto lo uno como lo otro,
a fin de que el hombre nada halle después de Él.
No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu,
ni potestad sobre el día de la muerte.
Así mismo he visto a los inicuos sepultados con honra;
más los que frecuentaban el lugar santo
fueron puestos en olvido en la ciudad donde habían actuado con rectitud.
Esto también es vanidad.
Yo, pues, dediqué mi corazón a conocer sabiduría,
y a ver la faena que se hace sobre la tierra
porque hay quién ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos
y he visto todas obras de Dios,
que el hombre no alcanzar la obra que debajo del sol se hace;
por mucho que trabaje el hombre buscándola,
no la conoce, no por eso podrá alcanzarla.
Entonces dije yo, mejor es la sabiduría que la fuerza,
aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sea escuchada sus palabras.
Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti,
no dejes tu lugar; porque la mansedumbre hará cesar grandes ofensas.
Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia,
más los labios del necio causan su propia ruina.
Como tú no sabes cuál es el camino del viento,
o como crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta,
así ignoras las obras de Dios, el cual hace todas las cosas.
Vanidad de vanidades dijo el Predicador.
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