En Navidad encontramos un tiempo de paz para reflexionar sobre todo lo que hicimos en el año.
¿Tuvimos una conducta recta
y de acuerdo a lo que Dios nos enseñó con su venida hace más de dos mil años,
o nos comportamos de una manera reprochable?
Sea como sea,
perdónate a ti mismo y pídele perdón a Dios por los momentos en los cuales erraste
y enorgullécete de los momentos en que actuaste como un buen ser humano.
Hoy tienes la oportunidad perfecta
para renovar y rehacer tus buenos actos y olvidarte de los malos.
Nace de nuevo así como Dios lo hace en cada Navidad.