Cuando el mundo cambia, como ocurre constantemente,
tú puedes sacar el máximo provecho.
Si las cosas no se dan como esperabas,
no tienes por qué perder el rumbo.
Porque cuentas con la maravillosa capacidad de adaptarte.
Puedes evaluar la situación,
llevar a cabo algunos ajustes
y seguir avanzando, pase lo que pase.
Adaptarse a condiciones cambiantes no implica resignar tus valores,
tu objetivo, tus sueños y tus metas.
Más aún,
muchas veces es la capacidad de adaptación
la que te permite mantener esos valores
y alcanzar esas metas.
Son muchas las cosas que pueden hacerte perder el rumbo,
incluso contando con la más eficiente planificación.
Pero siempre hay una manera de adaptarse,
de ajustar la dirección y de seguir adelante.
Si te das cuenta de que estás yendo por el camino equivocado,
no importa por qué, date cuenta también de que no es el fin del mundo.
En lugar de preocuparte o enojarte, quejarte o culpar a alguien,
pon tu energía en ajustar tu enfoque
y volver a encaminarte hacia donde deseas ir.
Estando dispuesto a adaptarte y a seguir avanzando,
cada cambio puede terminar generando un resultado positivo....