Allí, a muchas personas se les acaban los sueños,
porque ven cómo se les escapan los años como el agua entre los dedos,
y cuando quieren alcanzarlos es como querer alcanzar el viento;
y sin darse uno cuenta,
pasa un año más, y otro se va detrás de este, y todo parece igual y nada cambia.
Al principio, sostenemos la bandera esperando que el viento sople
y la haga ondear, pero cuando pasa el tiempo y nada sucede,
se nos arruga la tela y con ella se nos desmoronan los sueños
y la esperanza se hace cada vez más pequeña ...
hasta que al final da paso a la decepción y por fin a la desilusión,
de lo que hubiéramos querido ser o lograr y no llegamos.
Yo soy un soñador y a veces,
a mí también me parece que se me acaban los sueños,
porque me veo y siento que muchas cosas se pasaron de tiempo
y que tal vez no las alcancé y cometo el error de la comparación,
es decir me comparo con otros y digo:
"no llego, no alcanzo o no voy a poder porque se me pasó el tiempo del vigor".
No cometas ese error,
nunca mires la obra que Dios está haciendo en otros,
"Él es el alfarero"
de tu vida y la obra que tiene pensada formar en ti la va a formar,
no importa cuánto le lleve.
Cuando no tengas sueños; detente y duerme,
tómate un tiempo para la ilusión.
Algunas cosas se tardan; tal vez
Él necesita prepararnos y fortalecernos,
o capacitarnos para lograr los sueños.
Pero "Aunque la visión se tarde, no te desalientes porque llegará"
Algunas personas dicen que soñar no cuesta nada,
pero yo no lo creo.
Yo creo que soñar te cuesta todo,
porque soñar te impulsa, te exige,
te obliga y muchas veces te alienta o te desalienta.
Porque vivir es soñar; porque una vida sin sueños no existe,
es sólo un recuerdo, una sombra;
creo que por eso hay muchas personas
que caminan por las calles con rostros de sombras...
porque se les escaparon los sueños
y creen que ya no tienen tiempo de volver a empezar.
No te detengas, todavía hay tiempo para seguir soñando...