La menta, a pesar de lo común que suena, no es simple. Dependiendo del tipo, puede tener diferentes usos y beneficios.
Para el dolor, querrás buscar gaulteria, que tiene salicilato de metilo, un compuesto que puede funcionar de manera similar a la capsaicina. Cuando la aplicas, puedes sentir como una “quemadura” fría antes de que se produzca el efecto adormecedor. Este efecto ayuda con el dolor articular y muscular.
El otro tipo de menta que se usa comúnmente en la medicina popular es la hierbabuena (menta). Se ha encontrado que la menta, un ingrediente en muchas curas diferentes, es especialmente efectiva para ayudar a tratar los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII).
Los estudios muestran que junto con la fibra, ayuda a reducir los espasmos, así como la diarrea y el dolor abdominal asociado con el síndrome del intestino irritable. La menta activa un canal antidolor en el colon, que reduce el dolor inflamatorio en el tracto digestivo. Esto probablemente explica su eficacia en el tratamiento del síndrome del intestino irritable.
Además de problemas de digestión y estómago, una cápsula de aceite o té de menta también puede ayudar a aliviar dolores de cabeza, resfriados y otras molestias corporales.