La lluvia terminó con la paz del domingo a la tarde,
incesante se había empecinado en traerme a los
pensamientos los recuerdos de su amor, los truenos y
relámpagos rompían a cada rato y en pedazos al silencio
de mi alma que se negaba a tomar la pluma para escribir.
¿Por qué no me respondía los mensajes? Había desconectado
el receptor de la señal de internet, pero cada vez que
revisaba la bandeja de entrada no estaban ahí sus respuestas
y un trueno que parte el cielo en dos altera mis sentidos
observando la tormenta desde el cristal de la ventana.
¿Me amas amor? ¿Amor mío aún me amas? Algunos pájaros
entre las ramas de los árboles y el cielo desafían la lluvia
y entonan sus cantos buscando sus nidos porque ellos saben
dónde encontrar calor y protección
¿Y el refugio de nuestro amor?
Me falta en mi pecho tus suspiros.
La lluvia se cansó de escuchar mis lamentos y al llegar
la noche se arrepintió de llorar porque ella también sufre
una decepción, pero comprende que de nada sirve seguir
aferrada a una ilusión, callaron sus cantos también las aves
y solo efímeros los truenos dan puñaladas
y abren las heridas de mi corazón.