No sé cuántas noches
me quedé como gata en celo
esperando un milagro
que jamás iba a ocurrir.
esperé esas palabras de amor
que ya sabía que no serían para mí.
No sé cuántas veces me vacié
para darte un poco de mí,
Pero qué digo, un poco
¡K. rajo te di tanto!
Qué jamás viste que mi corazón
estaba en tus manos
y por eso lo tiraste
en la esquina de un bar
por ese alcantarillado
que se lleva el adiós
sin regreso a mirar atrás.
No sé cuántas veces
te dediqué mi tiempo
¡Sí, k rajo! Mi tiempo,
mi esencia, mi ser, mis letras
hasta gafas de sol me puse
para no ver la luz de la verdad.
No sé cuántas veces
quise empaparme de ti,
de tu voz, de tu esencia,
cuántas otras tus audios
fueron la melodía predilecta
en mis noches de luna caliente
No sé cuántas veces
mi cuerpo clamó tu nombre
Una a una cada letra
salía con un gemido desesperado
con un jadeo que me dejaba sin respiración
con un grito de ¡Victoria!
o más bien de ¡Auxilio!
¡Mírame, que estoy aquí!
Y solo el viento destruyó
una a una cada vocal de mi boca
dejándola seca, en el desierto
de tu indiferencia.
No sé cuántas veces
pero sí sé que desde hoy
tú mueres en mí.
Porque por ir detrás de un sueño
me olvidé de mí,
dejé mi sombra amada
y le puse cadenas con tu nombre
Me olvidé de mis amantes
para ponerte como rey y señor
de mis deseos
Dejé mis letras fuertes
por complacerte
Dejé tanto,
Que me dejé a mí misma
por desear un amor
que nunca me mirará
con los ojos que lo veo yo.
Hoy digo adiós
a este amor que nació
un día cualquiera
y que hoy ni con flores
lo entierro dentro de mí.
Mi Perverso y Yo
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