Se llama calma
y me costó muchas tormentas.
Se llama calma
y cuando desaparece….
salgo otra vez a su búsqueda.
Se llama calma
y me enseña a respirar, a pensar y repensar.
Se llama calma
y cuando la locura la tienta
se desatan vientos bravos que cuestan dominar.
Se llama calma
y llega con los años cuando la ambición de joven,
la lengua suelta y la panza fría
dan lugar a más silencios y más sabiduría.
Se llama calma
cuando se aprende bien a amar,
cuando el egoísmo da lugar al dar
y el inconformismo se desvanece para abrir corazón
y alma entregándose enteros a quien quiera recibir y dar.
Se llama calma
cuando la amistad es tan sincera
que se caen todas las máscaras y todo se puede contar.
Se llama calma
y el mundo la evade,
la ignora, inventando guerras que nunca nadie va a ganar.
Se llama calma
cuando el silencio se disfruta,
cuando los ruidos no son solo música y locura sino el viento,
los pájaros,
la buena compañía o el ruido del mar.
Se llama calma
y con nada se paga,
no hay moneda de ningún color
que pueda cubrir su valor cuando se hace realidad.
Se llama calma
y me costó muchas tormentas
y las transitaria mil veces más hasta volverla a encontrar.
Se llama calma,
la disfruto, la respeto y no la quiero soltar…
Dalai Lama
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