LA TERNURA:
nos ilumina el ser,es una luz tan sutil,
tan finamente difusa que nos impregna completamente
con su cálido abrigo, es aérea como el aire que nos nutre,
y basta con respirar su fuerza para llenarnos de ella.
LA TERNURA:
no se aprende, sino que existe en uno mismo.
Si ella habita en ti en estado latente,
puede propagarse como una llama en la que nuestro
yo avanza libre y fuerte.
LA TERNURA
no es una “casualidad”
que uno otorgue, sino un estado que se ofrece y se da.
Ella es silenciosa en sus ecos
y se expresa mediante la voz del corazón
a través de la plenitud del alma,
se desarrolla aún cuando no se hable,
en el rico silencio de un asentimiento,
de una mirada, de un recuerdo...
LA TERNURA
es el espíritu de alguien que te acaricia,
su virtud es la suavidad
y su ejercicio nos permite olvidar
por momentos
la idea que nos hacemos de lo que somos..
.y si para nosotros nos la descubrieran
nos embargaría una emoción tan grande
como la de un astronauta en
su primer paseo por la inmensidad.
Pero, no olviden jamás...
que deben mantener viva su llama
en todo momento y velar por ella.
Manténganla encendida con el fin de
que no desfallezca a causa del frío,
pues también tiene necesidad
de que la alimenten con vuestra fe...
entonces,
para esto, bastará con un deseo de tu mente,
con una solicitud de tu corazón,
para que la ternura abra su baúl
y nos despliegue ese maravilloso color cuyos
tonos iluminan los anchos territorios de nuestro corazón.
Desconozco el autor
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