Es tu piel del color del caramelo
que satura a la luna y, con anhelo
de poderla besar y de frisar,
la contemplo en mi sueños y mi desvelo,
cual si fuera de un ángel que, en el cielo
de mi mente relumbra sin cesar.
¡Quién soplara cual brisa que, de amores,
se aposenta en tu piel con alegría,
para darte el aroma de las flores
a la luz de la noche que, en fulgores
se derrama, al mirarla cada día!
El sabor de tu piel: ¡tan dulcinante!,
que me embriaga y rebulle la pasión,
lo ambiciono, por ser tan fascinante,
que, al sentirlo en mis labios... ¡siento a Dios!
Esa suave frescura de verano
la degusto en mis horas de placer,
como un niño, al que llevan de la mano
a la fuente de vida de tu ser!.
Dr. Eliot Grau...Poeta colombiano
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