Así como conversas con tus amigos,
habla con el alma que eres tú y que se esconde en tu cuerpo.
Conversa todos los días contigo.
Háblale de tus nuevos retos y de tu propósito en vida.
Conversa sobre tus valores y charla sobre las relaciones.
Todos los días, tómate un tiempo para armonizar tu ser interior.
En la medida en que estás en armonía adentro,
naturalmente estarás en armonía externamente.
Es una cuestión de simplemente considerarte el alma y no el cuerpo.
El alma, sutil y espiritual, pero que es la parte viva y real.
D/A
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