Cuenta una leyenda de los indios Sioux que,
cierta vez,
Toro Bravo y Nube Azul llegaron tomados de la mano a
la tienda del viejo hechicero de la tribu
y le pidieron:
- Nosotros nos amamos y vamos a casarnos.
Pero nos
amamos tanto que queremos un consejo que nos
garantice estar para siempre juntos,
que nos asegure
estar uno al lado del otro hasta la muerte.
Hay algo que podamos hacer?
Y el viejo,
emocionado al verlos tan jóvenes,
tan
apasionados y tan ansiosos por una palabra,
les dijo:
- Hacer lo que pueda ser hecho,
aunque sean tareas muy difíciles.
Tu, Nube Azul, debes escalar el monte
al norte de la aldea solo con una red,
cazar el halcón
más fuerte y traerlo aquí, con vida,
hasta el tercer día
después de la luna llena.
Y tú, Toro Bravo, debes escalar
la montaña del trueno;
allá encima encontrarás a las
mas brava de todas las águilas.
Solamente con una red
deberás atraparla y traerla para mí, viva!
Los jóvenes se abrazaron con ternura
y luego partieron
para cumplir con la misión.
El viejo las sacó de las bolsas
y constató que eran
verdaderamente hermosos ejemplares
de los animales
que él les había pedido.
-Y ahora, qué debemos hacer?
Los jóvenes le preguntaron.
-Tomen las aves
y amárrenlas una a otra por las patas con
esas cintas de cuero.
Cuando estén amarradas, suéltenlas
para que vuelen, libres.
Ellos hicieron lo que les fue ordenado
y soltaron los pájaros.
El águila y el halcón intentaron volar,
pero apenas consiguieron dar
pequeños saltos por el terreno.
Minutos después,
irritadas por la imposibilidad de volar,
las aves comenzaron a agredirse una a otra,
picándose hasta lastimarse.
Entonces, el viejo dijo:
- Jamás se olviden lo que están viendo.
Y este es mi consejo:
Ustedes son como el águila y el halcón.
Si estuvieran amarrados uno al otro,
aunque fuera por amor, no sólo
vivirán arrastrándose sino también,
mas tarde o mas temprano,
comenzarán a lastimarse uno al otro.
Si quieren que el amor entre ustedes perdure,
vuelen juntos, pero jamás amarrados.
Libera a la persona que amas
para que ella pueda volar con sus propias alas
Esta es una verdad en el matrimonio
y también en las relaciones familiares,
amistades y profesionales.
Respeta el derecho de las personas
de volar rumbo a sus sueños.
La lección principal es saber que solamente libres las
personas son capaces de amar.
ANÓNIMO