Queridisimas amigas. Esto ha sido una sorpresa bellísima que me lleno el alma y la emoción me ha hecho llorar. No creo ser merecedora de tantos halagos. Como ustedes saben he llegado a los 90 años con muchos sufrimientos en mi vida personal, la pérdida de un hijo en la flor de la vida es algo incomparable. Me consuela el hecho de que como le gustaba viajar se fue al cielo para conocerlo le gusto mucho y se quedó. Ahora que vivo sola lleno mis tardes haciendo los retos cuando mis brazos me lo permiten, Cuando digo que vivo sola es porque mis otros hijos y nietos no conviven conmigo,
Asi que GRACIAS, GRACIAS GRACIAS, por aceptarme en el grupo y les mando un fuertísimo abrazo y beso en la distacia
Graciela