como el ave a sus polluelos
en un nido de caricias
entretejido de esperanzas
con abrazos de dolor
pero en una tarde cualquiera
la lluvia vino, arreció sobre el nido
y en un palpitar de corazón
mi amor forjado a llanto vivo
se fue con el agua.
Ahora heme aquí amor mío
hilando de nuevo las fibras de mi corazón
engarzando los espasmos de mi alma
y gritando en silencio a los siete mares
que no te tengo… Que solo vives en mi
en lo más intenso de mi memoria
en las vivas imágenes de mis sueños
donde no puedo alcanzarte
y sentir tus brazos,
tus labios carnosos
y ese olor tuyo, Si vida mía,
ese inconfundible olor
que huele
a lo que huele el amor.
Y decidí Vivir contigo en mi alma
y sobrellevar la vida
inspirado en tu recuerdo,
en ese recuerdo
que nutre mi vida Llenando de alegría
mis pocos fugaces instantes
y luchar con la melancolía
Esa compañera
que a la puerta llama
cada mañana y cada noche
cuando a mi lado
otrora nuestro lecho
te busco y tu no estás…
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