El Loro
Te voy a contar un cuento De un loro garabatero. Que te rías un poquito Y que te guste, eso espero.
Era un hombre que solía Tener amigos por doquier Por que solo se sentía Sin tener a quien querer.
Sus amigos no sabían Que podían regalarle Por su amistad y simpatía Ellos querían premiarle.
No encontraban la manera De mostrar su gratitud Por lo buen amigo que era Compensando esa virtud.
Y así acordaron un día Que seria lo mejor Darle algún loro hablador Que le hiciera compañía.
Y llegaron con el loro Que hablaba sin parar Como que fuera un tesoro Se lo fueron a regalar.
Y el loro todos los días Le gritaba groserías Acabando la paciencia, Del hombre sus insolencias
Y era tan pulcro el fulano Que no sabia que hacer Si no cambiaba su lenguaje Le sacaría el plumaje.
Pero se fue encariñando Con el perico insolente De a poco le fue aceptando Esa voz tan estridente.
Y viendo que no cambiaba Su lenguaje impertinente Le buscó alguna lorita Averiguando entre la gente.
Pensó en una compañera Que lo volvería recatado Le enseñaría buenas maneras Y un lenguaje moderado.
Y así hizo una visita Pues dos beatas tenían Dos loritas señoritas Que rezaban todo el día.
Pensó que dos periquitas Tan santas y respetables El loro por fin seria Muy educado y amable.
Habían aprendido a hablar Entre rezos y oraciones Y su suerte fue encontrar La mejor de las soluciones.
Así que se las vendieron Insistiendo estas venditas Que cuidara con esmero A tan cándidas loritas.
Y entre recomendaciones De tan santas señoritas Le entregaron las loritas En dos cajas de cartones.
Así que llegando a casa Las liberó de sus cajas Mirando la reacción Del sorpresivo encontrón.
Pero cuando al loro vieron Saltaron como enchufadas ¡Esta si es vida! dijeron ¡Por fin fuimos escuchadas!.
Diciendo muy descaradas ¡Ha rezar ya no me dedico Después de tantas rogadas Tenemos nuestro perico!
Geraldine Villarroel Diaz
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