Hoy te he visto, resucitaste mi agonía
cuando a mi lado tú sentado
bellas condenas me leías.
Eran poesías de cuentos, de ésos
que el tiempo no aniquila, horribles
las historias que, de mi vida, escupías.
Son juguetes mis anhelos con que
te place el día a día, derribando
castillos de pena, fuertes de melancolía.
Hoy te he visto, erizaste mi armonía
cuando sin permiso tu tacto intruso
la celda que guarda mi espíritu cernía.
Son veneno, si son caricias, las que
tus dedos, creo, muy abajo repetían,
rituales paganos fueron tus noches
y penitencia lo que me queda por el día.
Hoy te he visto, caminabas sobre mis estrías,
pétreo mi corazón se abría, blandas
las gemas que con tu roce destruías.
Son ya sólo miga, dejaste no más que polvo
con tus delicias que amargan, aún cuando
sigue degustando mi amor sabor a calvario...
suplicio es, pues, que nunca me hayas amado