Como la uva en sazón
cuando quiera hacerse vino
tiene este Niño divino
en sus ojos el color.
Y en la su risueña faz
-por su morenez lo digo-
el mismo color del trigo
a punto para ser pan.
Pan y Vino.
Vino y Pan,
augurios de Eucaristía
que al nacer ya le traía
Dios-Niño a la humanidad.