Llueve, llueve, llueve...¡Qué te hice, lluvia, qué te hice yo! ¡Por qué no sigues camino delante, para que salga el sol; ese de los ojos claros, que es mi amor!
Y sin embargo, cuando estamos juntos, juntos en la ventana, bien que te digo: - ¡Bienvenida, lluvia!-; bien que te dice: - ¡Bienvenida, hermana!-.
Pienso: la lluvia cae de los cielos; la lluvia es inocente, pura, clara. Obedezcamos a la lluvia, amor: la lluvia nos separa.
Jazmín -de- lluvia de llamas al que tiembla en tu parral. Jazmín -de - estrellas, yo digo. Es igual. Llueven flores como estrellas en tu delantal.
Las palomas de tu casa se vinieron a la mía el día que a mí viniste, que ya es un lejano día.
Pero todavía hoy, porque eres de lluvia y trigo, adondequiera que vayas las alas se van contigo. Sabe, así, toda la gente todo lo que a mí me pasa: tú estás conmigo si vuelan palomas sobre mi casa.
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