Cruzo la cortina de humo
la noche que atravieso hacia tu cuerpo
el olor a mujer es infinito
mueve los goces de mis cavernas sedientas
te hallo en claroscuro
no reposas tú palpitas
subyugada entre espasmos
y tu cuerpo va chorreando la ambrosía
de un sudor congelado
que al contactar y tu cuerpo
con mi palma temblorosa
hierve en ti, todo el esplendor
yaces desnuda, desde horas incontables
esperando que mis ansias se consuman
en tu ardor entonces yo provocadora
descubro mi cuerpo níveo que se extasía
y mis ojos te contemplan en rigor
tú me tomas de las manos
yo desciendo hasta tu gloria
y dormitáramos felices
si al chocarse nuestros cuerpos
el espacio infinito no clamara
en orgasmo estremecedor
tu cuerpo empalmado a mi cuerpo
tu olor confundido con el mío
tu sexo exultado en mi sexo
deseo del cabalgarte infinito
Ahora tú, boca a boca
que derrites mi aparente distancia
bebes mi fragancia y yo tu néctar
cual dos mariposas enamoradas
nos vamos abriendo como desgajándonos en caricias
y ya tu boca bebe a mis entrañas de azul y silencio
logrando en chasquidos fugaces
las notas más sonoras y más blancas
y yo al presumir mi talento
con labios y lengua de fuego
escarbo y penetro constante
tu hoguera en delicias de flor
de ambas gemidos y risas y viento
de ambas la gloria en sentirnos las dos
la luna plateada acaricio tus senos
y yo a tu costado contemplo tu esplendor
el alba descubre dos desnudos cuerpos
entrega a la gloria un sueño de amor...