Quise ser tu amor eterno, y en mi alma grabé tu nombre con fuego, entregué mi corazón, mis días y mis noches, sin pensar en nada más que en amarte hasta el final, con cada latido, sin miedo, sin resguardo.
Te di lo mejor de mi vida, en cada suspiro, en cada gesto, en cada palabra, y me entregué a ti sin condiciones, esperando que tu amor me acompañara, como un faro que nunca apaga su luz.
Pero, al final, me quedé sola, las manos vacías de lo que te di, sin saber qué más podía entregarte, si mi alma ya era toda tuya, si mi ser entero era solo para ti.
¿Qué hago con las huellas de un amor perdido? Con el peso de lo que fui y no fue, con la carga de recuerdos que nunca dejan de arder en los rincones de mi mente, sosteniendo un mar de nostalgias que ahoga mi sonrisa y apaga mi razón.
El eco de tu voz, en los rincones de mi casa, se convierte en un lamento, un suspiro frío que se cuela en los rincones de mis pensamientos. Y mi maleta de sueños rotos, siempre llena de humo, de aquellos instantes de amor que ya se esfumaron, se abre para llenar mis ojos de lágrimas que ya no dejan de caer, como si el dolor fuera un río que nunca supiera encontrar su fin.
¿Cómo pedirle al sol que brille de nuevo cuando las sombras de tu ausencia me cubren? ¿Cómo hacer que el arcoíris se pinte si mis cielos siguen grises, sin esperanza, sin color? Las estrellas que una vez nos guiaron hoy se ocultan, dejando mi mundo en tinieblas, y solo me queda caminar en este silencio profundo que tu partida dejó, como una marca que no se borra.
¿Qué hacer con todo este vacío inmenso? Con la promesa rota, con la ilusión perdida, con los días que ya no son iguales porque tu amor se fue, y conmigo se llevó el sol. Te di todo lo que tenía, y ahora, al mirarme en el espejo, solo encuentro la sombra de lo que fui, perdiendo mi identidad en la búsqueda de tu abrazo, perdiendo el norte entre las ruinas de este amor que me dejó sola, buscando respuestas en los vientos, aquel viento que alguna vez me acarició junto a ti.
Y sin embargo, me pregunto, si el sol volverá a salir algún día. Si el arcoíris se pintará de nuevo, si la lluvia traerá flores a mi jardín marchito. Aún no sé si algún día sanará este dolor, pero me aferraré a la esperanza, a la promesa de que la vida, aunque lloremos un mar de nostalgias, siempre tiene algo nuevo para ofrecernos. Tal vez no sea otro amor, pero tal vez sí sea un futuro donde, aunque gris, mi cielo vuelva a encontrar un rayo de luz que me devuelva la paz.
???????????????????? ????????????????????????
|