Si algún día quieres volver, búscame,
allí donde el viento canta secretos al mar,
donde las sombras del tiempo no logran borrar
los surcos de un amor que jamás se fue.
En el eco profundo de la noche fría,
en cada estrella
que titila con melancolía, estaré,
eterna, aguardando tu andar,
como río que ansía su cauce abrazar.
Búscame en el susurro de los sauces dormidos,
en el temblor del rocío sobre los nidos,
en el latido terco de un corazón
que aprendió a esperar sin condición.
Si algún día decides volver, búscame.
No temas al peso de lo que dejamos,
ni al abismo de los silencios callados;
el amor es un faro que nunca se apaga.
Llámame con tu voz, aunque quebrada,
que cruzaré mares, montañas y estrellas,
porque soy la llama que, aunque lejana,
arde con fuerza solo para ti, mi estrella.
Si algún día vuelves, búscame,
y hallaremos juntos lo que la vida escondió,
dos almas que siempre fueron una,
renaciendo al fin donde todo empezó.
CÉSAR PINTO MUÑOZ