"Alerta mundial, el régimen lo asesinó". María Corina Machado ha reaccionado con indignación este lunes al confirmarse la muerte de Reinaldo Araujo, dirigente de su partido, Vente Venezuela (VV), tras permanecer tras las rejas durante un mes y medio. Araujo fue detenido durante las protestas de la víspera de la coronación fraudulenta de Nicolás Maduro del 10 de enero.
Los reiterados llamados de sus familiares y correligionarios políticos para exigir atención médica no fueron escuchados a tiempo, modus operandi habitual de las autoridades penitenciarias. Araujo sufría hipertensión, pero no fue atendido hasta horas antes de su muerte.
"Reinaldo era un hombre bueno, un esposo, hijo y padre amoroso, un amigo incondicional, un ciudadano ejemplar. Tenía serios problemas de salud, pero le negaron la asistencia médica. Hasta el día de hoy, cuando ya era demasiado tarde", subrayó la líder opositora. Araujo fue uno de los elementos claves de la gesta ciudadana en el estado llanero de Trujillo, primero durante la caravana de la libertad que encontró respaldo masivo en la Venezuela profunda y después durante la jornada del 28 de julio, cuando se consiguió proteger las actas electorales del histórico triunfo de Edmundo González Urrutia.
"El régimen lo hostigó duramente", desveló Machado. "Mi corazón también está desgarrado. Es un dolor y una indignación infinitos. Que Dios lo reciba y nos dé la fuerza y consuelo a todos quienes tanto le quisimos. No descansaremos un instante hasta lograr libertad y justicia en Venezuela", remachó la líder opositora.
VV ha reclamado a la comunidad internacional que actúe en pro de los presos políticos que presentan enfermedades y patologías, que no son tratadas en las cárceles de Nicolás Maduro. Según los datos aportados por el Foro Penal, en la actualidad permanecen encarcelados 1.061 prisioneros políticos, entre ellos 121 mujeres y cuatro menores de edad.
Se trata del cuarto preso político que fallece en las cárceles revolucionarias desde el megafraude electoral del año pasado y la consiguiente represión salvaje del chavismo.
Jesús Martínez, militante de VV, murió en noviembre cuando los médicos le amputaban las dos piernas tras semanas de severos padecimientos y después de haber recibido maltratos. Jesús Álvarez murió días después, sin atención médica y en medio de las denuncias de torturas realizadas por su familia. Oswual González perdió la vida en diciembre bajo custodia del Estado; antes de ingresar en la prisión de Tocuyito no sufría ninguna enfermedad.