MIGRAÑA EN PACIENTES CON FIBROMIALGIA
La
fibromialgia es una enfermedad común que se caracteriza por dolores
generalizados, hormigueos, trastornos de sueño, fatiga y ciertos puntos
dolorosos característicos. Este trastorno afecta preferentemente a las
mujeres, su incidencia aumenta con la edad y se asocia a cefalea en la
mitad de los casos, fundamentalmente migrañas.
La migraña es uno de los tipos de
cefaleas más frecuentes y afecta aproximadamente al 12-15% de la
población. Se caracteriza por crisis de dolor muy intensas de varias
horas o días de duración que suelen localizarse en un lado de la cabeza
y se describen generalmente como un latido o pulsación.
El dolor puede acompañarse de
nauseas, vómitos, hipersensibilidad a la luz y el ruido, y
empeoramiento con la actividad física. Es tres veces más frecuente en
las mujeres que en los varones y comienza generalmente durante la
adolescencia, con un pico máximo de incidencia entre los 20 y 30 años.
Entre los pacientes con fibromialgia
se ha observado que la incidencia de migraña es mucho mayor que en la
población general, y cuando se estudian pacientes con migraña
aproximadamente un tercio de ellos padecen fibromialgia.
El grupo de migrañosos con
fibromialgia sufre generalmente dolores de cabeza más frecuentes e
incapacitantes, y presenta con más frecuencia trastornos de sueño y
síntomas de depresión.
Estos hallazgos han llevado a pensar
que la fibromialgia y la migraña podrían tener una serie de causas
comunes entre las que se encuentran: alteraciones en algunos
neurotransmisores como la serotonina, cambios hormonales (afectando a
la liberación de melatonina, y hormonas del eje
hipothalamo-hipofisario), trastornos inmunológicos o alteraciones en
una parte de las células denominadas mitocondrias. Sin embargo hasta la
fecha la relación entre ambas patologías es desconocida.
El diagnóstico de migraña es sencillo
y se realiza utilizando los criterios diagnósticos internacionalmente
aceptados. Si el paciente cumple estos criterios clínicos y no hay
alteraciones en la exploración neurológica no se necesitan otras
pruebas para el diagnóstico de migraña. Sin embargo, ante un paciente
con cefalea y fibromialgia es necesario excluir une serie de procesos
como anemia, problemas tiroideos, trastornos de sueño (apneas de sueño,
síndrome de piernas inquietas), patología infecciosa, enfermedades
reumáticas o problemas musculares.
Debe además valorarse ciudadosamente
la posibilidad de que el enfermo sufra una enfermedad psiquiátrica
asociada, como depresión, o trastorno de ansiedad, que si no es
diagnosticada y tratada impedirán una adecuada recuperación.
El tratamiento de los pacientes con
fibromialgia y migraña incluye una serie de medidas no farmacológicas,
tratamiento analgésico para la cefalea y en algunos casos tratamiento
preventivo de la migraña. Entre las medidas no farmacológicas destacan
el ejercicio físico moderado, una adecuada higiene de sueño y la
psicoterapia.
La psicoterapia es especialmente útil
para el manejo del estrés, el desencadenante más frecuente de la
migraña y que empeora también la fibromialgia.
El tratamiento de la migraña puede
realizarse con analgésicos simples como paracetamol o
anti-inflamatorios, pero los fármacos más eficaces para tratar las
crisis incapacitantes son los denominados triptanes. Este grupo de
medicamentos son específicos para la migraña, por tanto no mejoran las
molestias generalizadas de la fibromialgia, y están contraindicados en
personas con problemas circulatorios (infarto agudo de miocardio,
arteriopatía periférica).
Los pacientes con fibromialgia y
migraña deben tener especial cuidado con el consumo excesivo y diario
de analgésicos para no desarrollar una cefalea crónica que aparece a
diario y que se produce como consecuencia del abuso de medicación
analgésica.
En aquellos pacientes en los que la
migraña sea muy frecuente (más de 3 crisis mensuales) se recomienda
iniciar tratamiento preventivo. El tratamiento preventivo pretende
reducir la frecuencia e intensidad de las crisis de migraña, mejorando
la calidad de vida del paciente y evitando el consumo excesivo de
analgésicos.
En los pacientes con migraña y
fibromialgia podrían utilizarse como preventivos antidepresivos
tricíclicos, algunos antiepilépticos como la gabapentina y determinadas
vitaminas. Tanto el antidepresivo amitriptilina como la gabapentina
pueden mejorar la migraña y los dolores generalizados asociados a la
fibromialgia. La amitriptilina es especialmente útil para tratar a la
vez los síntomas de depresión y los problemas de sueño, y en aquellos
pacientes que además de migraña sufren cefalea tensional.
Entre las vitaminas destaca la
coenzima Q10, que puede utilizarse para la prevención de la migraña y
que incluso podría mejorar ligeramente la fatiga asociada a la
fibromialgia.
Dr. Pablo Irimia Sieira