EL CASTILLO DE ALGODÓN
Ya
desde el siglo II a.C. los reyes de Pérgamo se daban baños en Pamukkale
(castillo de algodón). Este es uno de los lugares más pintorescos de
Turquía, gracias a las estalactitas y bañeras que con el tiempo ha
formado el agua rica en calcio. Muchas personas llegan a las fuentes y
pasan el día en estas extraordinarias albercas, aunque las más altas
están cerradas al público para preservarlas.
Es
una de las zonas naturales más increíbles del mundo. Se encuentra,
junto al yacimiento de Hierápolis a una media hora de Denizli. Dado que
la zona sigue activa tectónicamente hablando, la ciudad de Hiérapolis,
una de las más antiguas del país, ha sufrido numerosos terremotos por
lo que su estado actual dista enormemente de lo que tuvo que ser
durante la antigüedad.
Pamukkale
es conocido internacionalmente por sus fuentes termales. Desde época
antigua, millares de personas han peregrinado hasta estas fuentes, de
una belleza increíble, en busca de remedios para sus enfermedades.
Pero
más allá del hecho de ser magníficas para las enfermedades del alma, la
belleza de esta formación natural, obra de una fuente termal calcárea,
creada a través del paso de los siglos por la acumulación de la cal
gracias a la evaporación del gas carbónico, atrae a muchos que quieren
congraciar su alma. Las capas de cal tomaron formas indefinibles que en
conjunto, forman un increíble espectáculo visual. Al atardecer, las
piscinas naturales que forman distintos niveles, demuestran que, una
vez más, la naturaleza supera la mano del hombre.
|