¡¡ Para esta estrella, sí tuvo sentido…!!
Un escritor que estaba en su casa de la playa terminando su última obra, todas las mañanas muy temprano salía a pasear por la costa unos minutos antes de empezar su trabajo.
Una mañana, observó en la distancia un joven que parecía estar bailando. Corría hacia el mar, levantaba sus brazos, daba la vuelta y volvía a repetir el movimiento una y otra vez.
Lentamente el escritor se fue acercando al joven hasta que, al aproximarse, vio que en realidad estaba recogiendo algo de la arena y que luego se acercaba al agua para tirarlo mar adentro.
Ya más cerca, vio que el joven tomaba estrellas de mar que habían quedado en la arena al bajar la marea y corría hasta el agua para arrojarlas tan lejos como podía, mar adentro.
Al llegar a su lado, el escritor le preguntó:
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Buenos días, ¿qué estás haciendo ?
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Salvo estrellas de mar que arrojó la marea anoche, antes de que el sol las deshidrate y mueran – contestó el joven sin abandonar su empeño -.
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Pero eso no tiene sentido – le dijo el escritor – en estos momentos debe haber miles o millones de estrellas que quedaron fuera del agua y… ¡¡jamás podrás salvarlas a todas !!
El joven se detuvo sólo un instante, miró la estrella que llevaba en la mano, giró, y con su movimiento parecido a un baile, la arrojó al mar y luego mirando al escritor a los ojos le dijo: