La tristeza es una alimaña traicionera que se esconde en los oscuros recodos de los caminos, entonces cuando menos lo esperas, te asalta con sus filosas uñas te araña hasta hacerte sangrar el ajado corazón, entonces caminamos por confusos laberintos, los laberintos de la oscura pena, los ojos secos ya sin lágrimas, con la mirada perdida en las penumbras.
¿Qué sentido tiene tanto sufrimiento? ¿Hasta cuando esta larga pena?...¿Hasta cuando?...
Los árboles regresan del largo invierno donde aún desnudos anidaron a los pájaros, no me preguntes de lo que será mañana, solamente toma mi mano para qué como la promesa que el Sol que le hizo a la Luna, podamos olvidar y recomenzar este nuevo día donde habremos de permanecer siguiendo el viejo sueño de ser siempre nosotros mismos.
Noviembre/2009…desde la Comarca de los siete ríos…