En un apacible y tranquilo momento de nuestras vidas observamos el cielo, y percibimos una sensación de paz, de serenidad, como si todo lo que nos rodea permanece quieto, inmóvil.
Tal vez en un instante de nuestra existencia pensemos que todo sigue igual en nuestra vida, que permanecemos en el mismo lugar, que nada cambia.
Nada más lejano a la realidad. Sin que tengamos percepción de ello, todo lo que nos rodea se mueve y cambia incesantemente.
Las plantas crecen, sin que nos percatemos de ellos; el viento sopla en delicioso caos, acariciándonos sutilmente; las estrella en el firmamento nocturno, aparentemente inmóviles, se mueven a velocidades impresionantes; la luz que de ellas observamos partió desde una posición en que estaban hace millones de años; al tiempo de hoy, se han movido a millones de kilómetros de aquella posición anterior
La Luna aparenta inmovilidad, dado que siempre nos da la misma cara. Más ocurre que su movimiento de rotación y el de traslación son iguales; debido a ello rota a una velocidad tal que aparenta estar fija. Claro que ella gira sobre si misma, aunque no lo notemos.
Más aun. Las observaciones referidas a la dinámica de nuestro Planeta, han permitido determinar que gira sobre si mismo, a la velocidad de 27,7 km/s; que se mueve alrededor del Sol a unos 20,5 km/s. Así mismo que se traslada, conjuntamente con el sistema Solar, alrededor de la Galaxia Vía Lacta, a la velocidad de 250 km/s, y que además se mueve con la Galaxia, en torno al centro del grupo local de galaxias, unas 40, a 280 km/s.
De acuerdo a estos datos, la Tierra tarda un año en dar una vuelta completa alrededor del Sol, como bien es sabido; mientras que dura unos 250 millones de años dando una sola vuelta alrededor de la Galaxia.
Posiblemente el Grupo Local de Galaxias se mueva sobre un centro galáctico, y este alrededor de otro y así al infinito.
De manera que mientras usted lee estos datos, su mundo ha cambiado muchas veces, aunque ni la haya notado.
Así pues nada junto a usted permanece estático; al contrario, todo se mueve y cambia constantemente. Ni usted mismo escapa de esta realidad. Su sangre circula, regenera en sus pulmones el aire que respira, sus uñas y pelo crecen, la piel se renueva. Todo, absolutamente todo lo de su entorno y usted mismo se mueven y cambian.
¿Por qué entonces esa sensación de inmovilidad, de rutina, de estancamiento, de inalterabilidad? Sencillamente porque todo cambia en manera tan sutil e imperceptible, que no tenemos conciencia de ello.
Ahora bien, otro motivo para la sensación de nuestra inmovilidad sea una comprensión incompleta del tiempo. Por que existen dos maneras de concebir el tiempo. Una es la forma cronológica, sobre la cual nos hemos referido en este, y en anteriores escritos. La otra es la concepción psicológica.
No dejes que las circunstancias de inmovilicen. Enfréntalas, y utilizando todos tus recursos, experiencias y entusiasmo, supéralas.
Que dentro de un año no te sientas en el mismo lugar.
Avanza, adelante, supérate… tu puedes.
El tiempo no se detiene, no lo hagas tú.