Venecia se viste de color y misterio en su carnaval 2010. Esta tradición data del siglo XVII, en donde la nobleza se disfrazaba para salir a mezclarse con el pueblo. Es por eso que las máscaras son el elemento más importante del carnaval, de 10 días de duración. En el año 1797, Napoleón Bonaparte derogó los festejos de carnaval, pero fueron restablecidos de forma oficial en 1979. Desde entonces la festividad da inicio cada comienzo de cuaresma. (07/02/10)//
El
Carnaval de Venecia tiene personalidad y magia propia que lo hace muy
diferente de los otros carnavales del mundo. Surge a partir de la
tradición del siglo XVII, en donde la nobleza se disfrazaba para salir
a mezclarse con el pueblo. Desde entonces las máscaras son el elemento
más importante de ese carnaval.
Los
trajes que se utilizan son característicos de los años 1700 y abundan
las maschera nobile (italiano) que es una careta blanca con ropaje de
seda negra y sombrero de tres puntas. Después de 1979 se han ido
sumando otros colores a los trajes, aunque las máscaras siguen siendo
en su mayoría blancas, plateadas y doradas.
En el año 1797 Napoleón Bonaparte derogó los festejos de carnaval, que fueron restablecidos recién en 1979 de forma oficial. Desde entonces la festividad da inicio cada comienzo de cuaresma.
Las
máscaras y los disfraces desempeñan un papel clave en este mundo
anónimo, donde las divisiones de clases parecen desaparecer, donde
mágicamente todos se vuelven iguales, donde todo parece estar
permitido. Los participantes se regocijan desfilando disfrazados por
las calles. Porque allí es donde se disfruta el carnaval: en las
calles, con desfiles organizados o espontáneos. El carnaval comienza,
como corresponde, con la celebración más antigua: la Fiesta de las
Marías, que data de 1039 y convoca al desfile de un cortejo por San
Pietro di Castello, que culmina en la Plaza San Marco. Al día
siguiente, llega el desfile inaugural y entonces toda Venecia se
envuelve en un cantar de gesta donde el teatro al aire libre, los
conciertos y los mercados de máscaras y comida conquistan los campi
(plazas) de Santa Margherita, Sant' Angelo y San Stefano.