NO SOMOS TAN DIFERENTES Parecemos todos iguales, nacemos, vivimos y morimos. Los problemas esenciales nos son comunes y podemos sentir lo que otros.
Pero cuando tomamos la palabra, ahí está la diferencia, ya no somos una serie, la palabra nos hace diferentes, muestran los sentimientos, las emociones, lo que tenemos dentro.
En cada frase hay un cúmulo del experenciar qué llevamos vivido. La forma de describir los colores, las imágenes y hasta el amor no es lo mismo para cada uno, porque estamos teñidos de una subjetividad que nos mantiene únicos.
Seguimos errando porque no actuamos en automático y los sentimientos cobran protagonismo y relevancia. Si es esto así, por qué estamos sumidos en tanto desconcierto? Volvamos a encontrar el camino y renovemos las ganas, podemos hacer nuevas las cosas.
SEHILA
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