De la ternura de tu mirada, mis ojos están llenos, y
mi cuerpo de tus caricias, auque estemos lejos,
Ven aunque
sea en sueños, no te vallas. En mi hay lluvias de caricias, todas
nuevas y en estreno, abrígame con tu piel, ven recuéstate a mi
lado.
Hagamos de esta noche, nuestra gran noche. Dancemos
al son electrizante, de nuestras ansias incontrolables, bebamos
del elíxir sagrado, de este amor que nos envuelve.
No dejemos que la noche, nuestra noche, se muera de
tristeza y rompa en llanto, pues ella se alimenta de este amor
profundo y apasionado.