Si mis silencios hablaran, se escucharían los latidos de mi corazón, y el desazón que brota de mi alma fatigada.
Teñidos de fina arbolada son mis silencios, sigilosos, blandiendo al viento los suspiros afligidos en las noches amargas.
Si mis deseos y pensamientos tuvieran alas y volaran, se cubriría el cielo de flores blancas, envolviendo a las nubes y estrellas de rubíes y raras piedras.
Mas,… ni mis silencios hablan ni mis pensamientos vuelan, jaja, qué fantasiosa soy que a todo le doy mil vueltas.
Sólo soy un humano más que vive sobre la tierra, mientras lo permita Dios, esperando el día que me llame y me requiera a su vera.