La vida es tan grande y tan pequeña a la vez, que si tú quisieras de ella harías un mundo de ilusiones, que con el tiempo alcanzaría grandes propósitos impuestos por ti mismo.
Es tan pequeña cuando no hay interés, ni cuidados, ni amor por ella misma.
Un descuido lamentable y todo acaba, dejando apagar esa flama que fue ardiente por solo una desilusión; siendo que se tenían tantas ilusiones.
Como aquel grano que un día comenzó a germinar, que fue cuidado con amor, deseos de prosperidad y que creció, dio alegría, sombra, refugio, fruto, semilla y esperanza de un andar, un seguir, un continuar, así la vida sigue si se lo permitimos.
Hay cosas inexplicables que nos suceden, pero todo tiene un fin y una explicación lógica, solo debes utilizar un poco mas de tu misma vida y tu tiempo para encontrarla y aprender de ella sin perder oportunidad.
Recuerda, "Lo que cuesta, que valga".
Esta vida no termina, eres luz y vida. Y esa vida crecerá según como hayas dejado huella, así como eres ejemplo de vida debes darlo también no solo procreando.
Entrégate dando lo mejor de ti, eres vital para que ella continúe.
No desfallezcas, los grandes logros comenzaron muy pequeños, pero tuvieron aliento de alguien con esperanza que no sosegó, que no dejó de tener fe y que anteponiéndose aún a las adversidades han sido realizadas, siente tu vida y da vida.
Mensaje:
Cuando tropieces, cuando te sientas desfallecer o cuando creas que todo a terminado; voltea un poco hacia atrás, voltea a tu alrededor y recuerda todos tus proyectos.
Ve el ejemplo de vida en los demás seres, fíjate en todo, pero principalmente en lo positivo y agradece a Dios un minuto más de vida, agradece esa oportunidad más y el criterio que te ha formado para ver las cosas de la mejor manera.