LUZ DE CHILE
¿Qué tendrán las piedras pardas y los pedriscos y el légamo que al más cascado lo llevan alácrito de ardimiento? Es como que el Valle hace de camino y de viajero y nos lleva liberados de jornada y de aceceo.
La luz viva travesea a donaire y devaneo y da mirada de amante rica de descubrimientos. Prendidos a lo que amamos vistas ni aromas perdemos y por la luz que tuvimos de muertos seguimos viendo.
Hermana loca la Ruta, Madre Luz y Padre el Viento, y tu Norte aventurero no me faltéis que voy sola con un huemul y un pergenio.
Lleva un lindo trotecito el ciervo en Abel contento y el Valle se nos anima de sus locos corcoveos.
Por fin la sonrisa sube al indio en corto chispeo y a los tres ya no les pesa el mundo que recibieron.
La luz del Valle Central es la que nos da ardimiento, hace ver el maizal en muchachada que danza y las melgas de frijoles son un baile de muchachas.
Ella muda el nisperal en cargazón de luceros; de la higuera hace matrona inmóvil por regadora; de cada piedra hace otra que es Reina y camina...
GABRIELA MISTRAL, poeta chilena
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